domingo, 29 de octubre de 2023

La princesa Donají

 La princesa Donají

La hermosa princesa Donají era la hija de los reyes del pueblo zapoteca, que vivían en constante guerra con sus vecinos, los mixtecos. En este ambiente de violencia y muerte, la belleza de Donají florecía.

Sobre la leyenda de la princesa de los zapotecas existen varias versiones. Una de estas cuenta que en medio del conflicto, en una cruenta batalla cayó herido Nucano, el joven príncipe de los mixtecas.


En un acto de compasión, Donají lo rescató y lo escondió en su habitación para curarlo. Durante el tiempo en que estuvo escondido, el amor brotó entre los dos jóvenes.

La guerra continuó hasta que los mixtecos vencieron. Como acto de rendición, exigieron que la princesa de Donají fuera ofrendada como un rehén de paz al joven príncipe Nucano.

Pese al amor que sentía por el joven príncipe, Donají le pidió a su padre que la rescatara porque temía por su suerte y, en especial, por la de su pueblo. El rescate fue frustrado pero igual cobró la vida de muchos mixtecos, por lo que en venganza asesinaron a la bella Donají sin el consentimiento de su amor Nucano.


Pasado un tiempo, un joven pastorcillo tenía a su rebaño cerca del río Atoyac cuando vio un hermoso lirio silvestre o azucena. Pasmado ante su belleza, decidió arrancarlo de raíz en vez de cortarlo.

Al cavar, se dio cuenta de que el brote provenía de una oreja, que pertenecía a una hermosa cabeza que estaba completamente en buen estado, casi como si estuviera viva. Se trataba de la cabeza de la princesa Donají.

Tiempo después, tanto el cuerpo como la cabeza fueron sepultados en el templo de Cuilapan, como una forma de atraer a nuevos fieles devotos hacia la religión católica. Durante la sepultura, la joven princesa zapoteca fue bautizada como Juana Cortés.


La leyenda del burro

 La leyenda del burro

Esta leyenda es de origen zapoteco y cuenta el origen del nombre del burro y una de sus características más particulares: sus enormes orejas.


Se cuenta que cuando Dios provocó el diluvio universal, su súbdito Noé rescató en su arca una pareja de cada especie de la Tierra. Jirafas, leones, insectos, pingüinos o elefantes se aglutinaron en el arca y esta ascendió a los cielos junto a la vera del Todopoderoso.




Mientras se sucedía el diluvio y luego se secaba la Tierra, Dios entretenía al ser humano y los animales con cuentos y leyendas para entretenerlos. Entre historia e historia mandaba a un animal a bajar a la Tierra para que pudiese ver si las aguas habían bajado lo suficiente. Mientras tanto, el resto de animales disfrutaba del cuento.

En una ocasión, mientras Dios contaba un cuento muy interesante, ordenó al burro a inspeccionar la Tierra estaba ya seca para vivir. El burro, totalmente distante, siguió prestando atención al cuento, por lo que no bajó a la Tierra.


Dios se percató y volvió a ordenar al burro que bajase a la Tierra para ver si las aguas habían bajado y era posible la vida terrestre. De nuevo, el burro pareció no oír aquellas palabras y se siguió centrando en el cuento.


A la tercera, un Dios furioso por lo despistado que era el burro gritó ¡Vete, burro! haciéndole crecer las orejas al animal hasta tomar las medidas actuales. Con ello, Dios se aseguró que el despistado animal se enterase definitivamente de su petición.

La leyenda de el árbol del tule

 El árbol del tule

Cuenta la leyenda que un matrimonio de ancianos mixes encontró dos huevos en medio de la naturaleza. De uno de los huevos nació una serpiente, mientras que del otro un niño.



El niño creció sano y fuerte, convirtiéndose pronto en el protector de la tierra de los mixes, defendiéndolos de todo tipo de peligros, sobre todo de los invasores de otras tierras. Esto le hizo ganarse el respeto del pueblo y fue nombrado rey.


Además de estar siempre alerta de los suyos, el rey viajaba para descubrir mundos. Durante una de sus rutas descubrió Tule, lugar que le pareció maravilloso por lo que decidió clavar su bastón en el suelo y recostarse a su lado.


Aquel bastón se convirtió en un majestuoso árbol, donde reposa el rey y desde donde sigue protegiendo al pueblo mixe. La leyenda cuenta que el día que se seque el árbol, se sabrá que el rey habrá dejado de existir.

La leyenda de la isla del gallo

 La isla del gallo


En medio de la laguna de San José Manialtepec, que se encuentra en la costa de Oaxaca, está ubicada la Isla del Gallo, una pequeña extensión de tierra que tiene pocos árboles y abundante flora acuática.


La laguna es zona de manglares, en los que se pueden pescar grandes especímenes, capturar camarones y cangrejos y otros animales. Como se forma un corredor de agua, es frecuente que deambulen enormes reptiles como cocodrilos.


Cuenta la leyenda que hace muchos años en ese islote vivía un experto cazador de cocodrilos que paseaban por los manglares del área. El cazador tenía un gallo que le adoraba. Antes de irse de cacería, el gallo lo despedía con su canto y al regresar lo despedía con una escandalosa algarabía.



Un mal día, en la víspera de Nochebuena, el cazador perdió la batalla contra un fiero cocodrilo que lo devoró. El gallo se quedó siempre esperando el regreso de su amo durante años, hasta que murió en el islote solo y hambriento.

Los pescadores aseguran que cada Nochebuena a las 12 de la noche se oye al gallo cantar de forma desolada para llamar a su amo, que jamás regresó de ese penoso encuentro con el cocodrilo que le arrancó la vida. Esta leyenda es el motivo de que ese islote reciba el nombre de la Isla del Gallo.



La carreta de la muerte

 La carreta de la muerte

Los pobladores de Miahuatlán cuentan que por la calle Basilio Rojas, en el centro de la localidad, en las noches se escucha el golpeteo de una carreta y el acompasado paso de unos caballos, acompañados de silbidos o de carcajadas.

Si bien nadie la ha visto, el sonido es fuerte y claro, lo suficiente para hacer que las abuelas y las madres prohibieran a los niños salir a la calle a jugar durante la noche, porque seguramente se toparían con el horror de la carreta de la muerte.

Aunque se desconoce el posible origen de este perturbador ruido, los pobladores aseguran que se remonta a la época de cuando Miahuatlán era hogar de arrieros comerciantes, que vivían de transportar víveres, mezcal y otras mercancías hacia la costa.



El callejón del muerto

El callejón del muerto


En la época en la que la luz eléctrica no existía, las calles de adoquines eran custodiadas por hombres que recibían el nombre de serenos. Durante la oscuridad, ellos custodiaban las calles alumbrando con faroles.

Una oscura noche, un desgarrador grito rompió el silencio. El sereno se fue corriendo a la iglesia a buscar al párroco. 


Al ver al cura, le informó que en la calle había un hombre apuñalado que se estaba muriendo y solo pedía ser oído en confesión.

El sacerdote salió junto con el sereno hasta el callejón; allí yacía el moribundo. Durante un rato, el clérigo escuchó una penosa confesión hasta darle la absolución.

El herido cayó muerto. 





Cuando el párroco buscó en la oscuridad a su acompañante el sereno, solo encontró su farol.

Por simple curiosidad, acercó la lámpara al rostro del muerto: era el mismo sereno el que yacía. Cuenta la leyenda que el sacerdote corrió despavorido a la iglesia para refugiarse. A partir de ese momento, el clérigo quedó sordo del oído por donde escuchó la confesión del moribundo.

La vieja de Oaxaca

 La vieja de Oaxaca


Los habitantes del Municipio de San Pedro Mixtepec en el Estado de Oaxaca, relatan que antes de que este territorio fuera poblado fue un sitio de cacería. En una de esas jornadas, un grupo de cazadores se pararon frente a una gran roca donde se veía dibujada la hermosa silueta de una mujer india con largas trenzas. Otro escenario de curiosidad para estos hombres fueron las grandes cantidades de plomo a un lado de piedra, sin pensarlo dos veces comenzaron a repartirse el enorme hallazgo y a seguir deleitándose con el impresionante dibujo.

La existencia de este sitio se conoció en los poblados más cercanos; cazadores y curiosos se fueron acercando en búsqueda del material que podían utilizar para sus balas, en algunos casos la mayoría que subía al cerro llegaba decepcionado por no llegar a ver la hermosa pintura de la india en la roca.



Muchos han sido las conclusiones a las que han llegado sus protagonistas afirman que la causa de las desapariciones misteriosas, es que el que se encontraba con la figura de la india no regresaba porque supuestamente se desprendía de la piedra para perseguir a los buscadores de plomo por el cerro, hasta perderlos, esto han relatado después de los grito de hombres aterrados que se escuchaban en el cerro.

Desde entonces, se le nombró “El Cerro de la Vieja”, por la aparición que se presenta en él.

La princesa Donají

 La princesa Donají La hermosa princesa Donají era la hija de los reyes del pueblo zapoteca, que vivían en constante guerra con sus vecinos,...